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Sexismo y startups, de Silicon Valley a Latinoamérica: ¿Un mal erradicable?

Sexismo y startups, de Silicon Valley a Latinoamérica.
Sexismo y startups, de Silicon Valley a Latinoamérica.

PULSO SOCIAL

El debate acerca de la cultura sexista en Silicon Valley estuvo en primera plana más que nunca luego de que la ex vicepresidenta de Marketing de Tinder, Whitney Wolfe, denunció al co fundador y director de Marketing, Justin Mateen, por acoso y discriminación sexual tras alegar que la había llamado “prostituta” entre otros calificativos que incluían su incapacidad de manejar una compañía por darle su impronta de “niña”.

¿Qué dicen los números acerca de la presencia de la mujer en la industria? Se estima que sólo 1 de cada 10 startups en Silicon Valley está encabezada o liderada por alguna mujer. De acuerdo con Singularity University, solo el 3% de las empresas tecnológicas han sido fundadas por mujeres.

La paradoja sobreviene cuando se compara éste contexto con estudios como ‘Women at the wheel, do female executives drive start-up success?’ que señala que las empresas creadas por mujeres tienen una tasa más alta de éxito y un retorno de la inversión más rápido.

¿Qué pasa en Latam? Un estudio comisionado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Banco Interamericano de Desarrollo a Ernst&Young que abarcó 9 países de América Latina y el Caribe da un panorama: sólo el 30 % de las emprendedoras en la región inician con el objetivo de convertir sus empresas en internacionales.

La realidad es que se muchos jugadores de la industria señalan con preocupación que ha emergido una cultura de startups en Silicon Valley que tiene claro que determina qué tipo de persona debe dirigirla: “hombres jóvenes, geeks vestidos con suéter y capucha”.

“Las cifras hablan ¿no? Quizás si lo pensamos en América Latina las mujeres no han estudiado carreras que les permitan generar emprendimiento en zonas de alto dinamismo y entonces tienen menos chances que los inversores ángeles o vc´s piensen que sus statups van a crecer, esto además del sexismo que siempre está, sin embargo, ahora creo que se está gestando un cambio generacional al respecto” afirma Susana García Robles, Oficial Principal de Inversiones del FOMIN.

“Así como en los años 80 la mujer para sobresalir tenía que vestir traje de hombre y parecer más hombre que mujer, ahora parecería que si quiere ser emprendedora tiene que tener el uniforme de emprendedora, como que eso hace a la emprendedora. Es el mensaje que hay que dar, que la emprendedora lo lleva en el alma y que no tiene que lucir de una manera u otra para ser tomada en cuenta como tal. Cuando la mujer trata de amoldarse a algo que no es o que no siente es tan malo como cuando la mujer se sentía que tenía que estar en la cocina y en la casa y nada más. Es otro tipo de estereotipo, pero puede ser tan negativo como el otro. Una emprendedora puede ser madre de familia con varios hijos, una viuda, una casada, una soltera que se vista más femenina o menos, pero que sea fiel a sí misma” resalta.

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