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Las incubadoras deben contrarrestar la mortalidad empresarial

El modelo tradicional de incubación tiene problemas que impulsa nuevas oportunidades para actores emergentes que impulsan a los emprendedores a partir pilotos del producto en el mercado y no sólo impulsando planes de negocios.

De acuerdo con el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (CIDCE), solo el 10% de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) mexicanas llegan a los 10 años de vida, mientras que el 75% de las startups fracasan antes de dos años por varias razones, entre ellas, un mal modelo de negocio.

En este último punto es donde entra una excelente herramienta para los emprendedores: las incubadoras. Éstas son una gran opción para ayudar a consolidar las ideas de negocio desde que nacen hasta que se desarrollan, evaluando la factibilidad y viabilidad técnica, financiera y comercial del proyecto a través del asesoramiento de expertos en el tema.

Sin embargo, el modelo tradicional de incubación tiene problemas generalizados. El primero es que sólo ayudan a los emprendedores a crear un plan de negocios sin pilotos del producto en el mercado; el segundo es que todas las empresas siguen el mismo programa sin importar las diferencias entre industrias o etapa de la empresa.

“Las incubadoras hacen programas en los que meten a muchas personas y todos empiezan a la par en la incubación, entonces no se da la atención personalizada a la startup o al emprendedor que se requiere. Nosotros escogemos un proyecto, el cual entra directamente al programa que se hace de manera específica para ese emprendimiento y se le asigna un consultor de G2 que lo va a guiar dentro de los siguientes seis meses”, detalla Israel Cerda, managing partner de G2 Momentum Capital.

Seguimiento en la implantación

Además de lo anterior, existen muchos proyectos en etapas tempranas -que ni siquiera se les considera emprendimientos ni mucho menos empresas- que necesitan un seguimiento más puntual para que la idea se desarrolle y se convierta en una startup.

Por ello, G2 Momentum Capital decidió crear una incubadora que dé seguimiento a los proyectos durante seis meses, para observar la viabilidad del producto o servicio y preparar a las startups para buscar capital que les permita crecer.

“Nos dimos cuenta que muchos emprendedores llegan pidiendo o buscando capital sin tener la estructura requerida que piden los fondos de inversión. Entonces lo que quisimos es no dejar pasar una muy buena oportunidad de apoyar una buena idea, a un buen emprendedor o a un buen producto, para generar un servicio para ellos y una oportunidad para apoyarlos durante seis meses para dar una mayor viabilidad y en mejor forma a sus productos o servicios”, señaló Cerda.

El proyecto de incubación, que nació en 2016 y que ha ayudado al desarrollo de seis empresas y pretende terminar el año con 15, apuesta por un programa de seguimiento constante como clave en el desarrollo de las startups.

La empresa tiene muy claro que cuando los proyectos están en edades tan tempranas es mejor darles primero una incubación y un servicio de asesoramiento con la meta de convertir una idea en compañía, antes que dinero.

“Si yo preparo bien a las startups, va a ser más fácil conseguir dinero y en mayores cantidades. Si solo les doy dinero y ningún apoyo, pues no sé qué van a hacer con ese capital, no tengo ninguna certeza lo vayan a utilizar productivamente, a crecerlo o a mejorar sus operaciones. Lo que queremos es darles ayuda, convertirlos en compañías, ya que si los profesionalizamos la posibilidad conseguir inversiones es mayor”, detalla Jorge González Gasque, fundador de G2 Momentum Capital.

Además del asesoramiento, si la startup logra consolidar el proyecto, G2 Momentum Capital invierte en ellas y las acompaña de la mano en el camino para nueva búsqueda de capital con otros inversionistas, ya que, según González Gasque “una vez que haces una inversión Ángel en una compañía, el problema de seguir consiguiendo dinero también ya es tuyo”.

La incubadora tiene entre sus desarrollos casos de éxito como el de Azucena, empresa que desarrolla tortillas a base de maíz y nopal orgánico, y que ya se vende grandes cadenas como Walmart o Amazon, y exporta a países como Suecia.

Adolfo Manaure

Entusiasta seguidor de la tecnología y las innovaciones que cambian el mundo. Director Editorial y COO en The HAP Group.

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