La obligatoriedad legal de la boleta electrónica supone avances en el proceso de transformación digital. Pero también retos en las telecom.
Por: Rodrigo Acevedo
Gerente General Entersoft
De acuerdo a datos del Servicio de Impuestos Internos, más de 320.000 contribuyentes están inscritos para emitir boleta electrónica. De estos:
- 76,2% son microempresas
- Y 19,7% pequeñas empresas
Un paso más en la digitalización tan necesaria para todas ellas.
No obstante, pese a los importantes beneficios que la obligatoriedad de la boleta electrónica supone como los ahorros en:
- Recursos
- Papel
- Tiempo…
- … entre otros factores…
… Es clave que esas micro y pequeñas empresas puedan acceder a una conexión de calidad y segura.
Ahí existe un desafío relevante, el cual implica que todas las regiones – incluso las más rurales y remotas – tengan conectividad.
De hecho, según cifras del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, en Chile aún existen más de 2.550.000 personas – principalmente de zonas rurales – que no pueden cuentan con una conexión a Internet.
Guardados y protegidos
Para todas estas personas, pymes y mipymes, una opción podría ser Internet satelital que no requiere cables o fibra.
Sin embargo, ese sector muchas veces no cuenta con los recursos necesarios para ese tipo de inversiones.
Aquí es cuando, justamente, las áreas públicas y privadas tienen que apoyarse mutuamente en pos de un bien mayor.
Otro desafío es el de la privacidad de los datos y la seguridad de la información, conceptos en los que se hace muy urgente concientizar y educar a los contribuyentes para resguardar su data personal y la de sus clientes, evitando así incómodos fraudes electrónicos que pueden atentar tanto contra el patrimonio de unos y otros como en contra de la reputación de las empresas más vulnerables.
En muchos casos, a través de la suplantación de identidad, los ciberdelincuentes logran que el usuario, involuntariamente, revele datos personales.
Con todo, es importante que las empresas – independiente de su tamaño – tengan un apoyo permanente, pues la digitalización también tiene una transformación constante.
La boleta electrónica no es la excepción.